Por Natalia Castrejón.
“No voy a llegar a mi
clase, tengo calor, hay mucho tráfico” pensé y sentí. Eran las 15:00 del 9 de
mayo del 2019. La radio sonaba, pasé mi mano por mi fleco. Volteé con desgano al
espejo retrovisor. Alto. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está en su Jetta,
justo atrás de mí, abrí los ojos, enfoqué. Sonrisa. Sí, sí es. ¿Qué? ¡AMLO!,
¡el presidente! ¡está atrás de mí! Necesito grabar esto. Esa persona de la que
escriben tantos y es tema de conversación de más de 100 o mil gentes en ese
momento, está atrás de mí. Ese hombre que es tan criticado en las columnas y
artículos de opinión está atrá de mí.
Va ladeado en el asiento
de copiloto. De traje y corbata. Le noto acalorado. Su Jetta va retacado. 5
asientos llenos. Pero el que va justo atrás del presidente va revisando su
celular, con prisa. Cuán atareado debe estar, pienso.
Grabo. Manejo a la vez,
¿qué importa?, ¿cuando vuelve a pasar algo así en la vida? Además voy lento,
hay tráfico. Estoy muy emocionada. Continúo grabando y me sorprende que otras
personas no se den cuenta, van metidas en su propio viacrucis vial, supongo.
El Jetta avanza más que
yo. Trato de emparejarme para tener evidencia de esto que cuento. La obtengo,
apenada.
Se destraba el nudo de
Periférico, la arteria vial se expande. El Jetta se pierde velozmente
entre la Ciudad.
Vaya sorpresas que te da
la vida en miércoles mientras vas tarde a tu clase, en medio del tráfico y
cuando sientes calor de pronto ves al presidente de tu país a través del tu
espejo retrovisor. Va justo atrás de ti.
Así es la vida , la vida te da sorpresas, te quiero preciosa saludos
ResponderEliminar